Mi rueca

Como tengo una buena amiga que quería ver mi rueca, entre puntada y puntada he sacado un huequito  para poneros estas fotos. Espero que os gusten ;)

Hasta la próxima entrada.

Hilar

Cuando era niña, recuerdo que en casa de mi abuela siempre había unos conos de plástico con los que jugábamos. Cuando crecí un poco vi de donde salían esos conos, eran de las múltiples lanas que había en casa de mi abuela. Con ella aprendí a ganchillar y a calcetar, le sujetaba las madejas mientras ella hacía los ovillos... Desde siempre el contacto con la lana me ha hecho sentir muy feliz. Quién vería a mi abuela ahora si viése a lo que me dedico, jajaja. Supongo que será genético, el negocio de la lana fue algo fundamental en mí familia hace años. Yo no lo supe hasta que fui mayor, pero lo cierto es que es algo que siempre asocié a recuerdos agradables de mi infancia. Sin embargo he probado a hilarla en vez de tejerla y me encanta. Sentir como se deslizan las fibras entre tus dedos y escuchar el ruido que hace la rueca al dar vueltas, me resulta tan relajante...
Esta primavera tendré la oportunidad de hilar mucha lana con la que espero hacer muchas cositas que iré poniendo en próximas entradas. Os dejo una foto de mi último ovillo aun en el carrete que está siendo una prueba para un telar que acabo de comprar. Hasta la próxima entrada.